domingo, 31 de mayo de 2009

Análisis de los actos de habla de una escena de Los Soprano


Este es el guión que he seguido para la exposición en clase del análisis de los actos de habla de una escena de Los Soprano, perteneciente al capítulo 7 de la segunda temporada, "La productora ejecutiva":

Tony, Carmela y Adriana están sentados en la mesa de un restaurante. Un camarero se acerca a la mesa con el plato; no le dan las gracias (acto expresivo positivo obligatorio) pero le sonríen y le miran.
ADRIANA: He pasado todo el día con mi amiga Ana ¡probándose trajes de novia!  acto de habla asertivo informativo, pero el tono de voz indica también el disgusto de la hablante  acto de habla expresivo negativo (rechazo).
CARMELA: Yo aún no tengo lo de la confirmación de Antony  acto de habla asertivo informativo.
ADRIANA: Con todas las plantas en floración… ¡me encantaría casarme en primavera!  acto de habla asertivo informativo.
TONY: ¡El novio ya ha llegado!  asertivo informativo.
CHRIS (se choca con un camarero): perdón…  expresivo positivo exculpatorio (llega a la mesa): perdón, siento llegar tarde…  expresivo positivo exculpatorio que también funciona como saludo (caso de intersección de los actos de habla; explicar).
ADRIANA: Te he pedido pasta “fazzule” para empezar, y compartiremos un plato de antipasta, han traído un salmón estupendo  asertivo informativo.
CHRIS: ya…  expresivo positivo asentivo (pero el tono de voz y la brevedad de su intervención no indica un agrado sincero: adviértase la expresión de Tony, que parece decirse “Este está un poco rarito…”).
ADRIANA: ¿Estás bien, Christopher?  directivo interrogativo.
CHRIS : Muy bien…  asertivo responsivo, pero también directivo requeridor (quiere decir, aunque muy sutilmente, “déjame en paz”; adviértase ahora la expresión de Carmela, que parece decirse “Este está un poco rarito…”).
ADRIANA: Estábamos hablando de la boda de Ana  asertivo retrodictivo.
CARMELA: Y vosotros ¿qué?  directivo requeridor; pero, sutilmente, directivo admonnitorio, porque lo que Carmela realiza en el fondo es una sugerencia “Vosotros ya podríais ir pensando también en la boda”)
CHRIS: ¿Cómo que qué?  directivo requeridor; pero, en el fondo, expresivo negativo disentivo (rechaza lo propuesto por Carmela; es una muestra de que CHRIS ha interpretado la pregunta de Carmela no cómo un acto directivo requeridor, sino admonitorio, esto es, que ha entendido “podríais ir pensando en la boda ya” y está respondiendo “no me hables de eso”).
TONY: ¡Podríais hacer una boda doble!  directivo admonitorio: sugiere; está intentando quitar tensión a la situación (el acto perlocutivo es por tanto “relajar”, “distendir”).
ADRIANA (mirando cariñosamente a Chris): El novio lo tiene que proponer…  asertivo aseverativo; en el fondo, directivo requeridor: “Chris, podrías pedirme matrimonio…”.
Silencio de Chris. Desaparecen las sonrisas.
El silencio de Chris también comunica algo, de ahí el cambio de actitud de sus interlocutores: “No pienso proponerte matrimonio”.
Adriana pretendía obtener de Chris un acto de habla compromisivo “quiero casarme contigo, Adriana”, “te prometo que nos casaremos pronto” (en este caso, también sería un acto de habla declarativo (p. 9 de los apuntes).
CARMELA: ¿Ha escogido Anne dónde lo van a celebrar?  directivo requeridor.
ADRIANA: Sí, en la Villa de Roma  asertivo responsivo.
CARMELA: Bien, porque Carballos ha bajado mucho  expresivo positivo asentivo.
ADRIANA: Creo que cambiaron de proveedores  asertivo supositivo.
Las mujeres intentan que la situación se relaje; Adriana disimula el disgusto por el gesto de su novio.
CHRIS: ¡Ya basta! ¡Estoy más que harto de oíros hablar de lo mismo! ¡Comida, comida y comida!  expresivo negativo disentivo // ¿Es que la gente no habla de otra cosa que no sea “prosciuto”, queso y judías?  directivo requeridor, pero AHÍ, pues es también un acto de habla expresivo negativo disentivo, ya que Chris quiere decir “No quiero seguir escuchando esta conversación” // ¡Son temas que me agotan!  expresivo negativo disentivo. Además, lo que quiere decir Chris con todo esto, como se verá enseguida, es: “no voy a pedirle matrimonio a Adriana”, esto es, un acto de habla negativo disentivo que se refiere a una petición realizada por su novia poco antes.
TONY: ¡Dios santo!”  expresivo negativo disentivo // ¡Tranquilo!  directivo conminatorio: “tranquilízate”.
CHRIS: ¡Ni siquiera somos novios formales!  asertivo aseverativo, pero AHÍ, es expresivo negativo disentivo: “no quiero casarme con Adriana” (obsérvese la expresión de disgusto de la chica).
TONY: ¡Cuando esté casado comprenderá la importancia de los buenos productos!  asertivo predictivo; AHÍ: expresivo disentivo “ya cambiarás de opinión”. ¿Posible doble sentido: producto como comida y producto como mujer?
CHRIS: Uha… ¡A la mierda la importancia!  expresivo negativo disentivo.
TONY: ¡Oye! directivo prohibitivo: “no hables así”.
Chris derrama el vaso de vino sobre el plato y se marcha.

Viernes, 22 de mayo


La última clase se ha dedicado a comentar más anuncios: Facundo nos ha enseñado un spot uruguayo que seguía la misma estrategia de "Vivamos como galegos"; se jugaba con lo mismo, con la identificación del espectador con el producto a través de tópicos y guiños; la concatenación de ideas que se busca, tanto en el anuncio de Gadis como en el de los móviles uruguayos, es: uruguayo/gallego (espectador)-> uruguayos/gallegos (anuncio) --> el producto es para urugayos y gallegos. En ambos se intenta "conmover" al espectador aludiendo a algo que a todos nos "apasiona" bastante, esto es, la pertenencia a un grupo concreto. En el anuncio de gallegos en NY también se recurre otra vez a los tópicos, y además se utiliza con acierto, sin forzarla, la intertextualidad con el spot anterior.
También hemos visto el anuncio de un coche en el que la traducción del diálogo al español era diferente a la del francés y el inglés, puesto que en nuestra lengua aparecía una frase que podía tener cierto (aunque muy lejano) sentido racista. No obstante, creo que la interpretación racista del anuncio hoy en día sería muy exagerada. Lo más interesante era que en español al final se indicaba que el coche era "para todas las familias", y en francés e inglés "para las nuevas familias". Si el eslogan de estos dos idiomas era más concreto, determinaba un público y unos posibles compradores, en español era más amplio, apuntaba a unos receptores más diversos. Creo que cada una de las dos opciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes aunque, en mi opinión, lo más apropiado era "para las nuevas familias": ese parecía el tono del anuncio, muy ágil, con una música más bien divertida, un hombre joven como protagonista, etc. Pero sobre el tema se podría discutir durante horas.
La clase ha terminado con la exposición de algunas compañeras sobre los actos de habla desde unas perspectiva intercultural. Quedan atrás horas y horas de diálogo, de discusiones, de opiniones de todo tipo, de exposiciones, una clase al sol...

jueves, 28 de mayo de 2009

El flan de mi pueblo y la deixis



Mientras recojo la compra algo me llama la atención: en el cartón que recubre los flanes que he comprado en Eroski pone “Flan de mi pueblo”. Entiendo enseguida el interés de quienes decidieron llamar al flan marca blanca de Eroski “Flan de mi pueblo”: aparte de remarcar que el flan es “casero” (lo que está bastante lejos de la realidad, pero dejemos eso de momento), pretenden es aproximarse al comprador, resultar cercanos y familiares: de ahí la primera persona del posesivo “mi” que precede a “pueblo”. No es sólo flan de pueblo, sino flan de “mi” pueblo. Ahora bien, si esta frase, “flan de mi pueblo”, sonaría natural pronunciada por ejemplo por un señor que le lleva el postre a su vecina, que se dirigiera a ella diciéndole “te traigo flan de mi pueblo”, como marca de un producto de Eroski, si se reflexiona un poco sobre ello, resulta un tanto extraña. A nadie se le escapa que dichos flanes se han producido industrialmente; con otras palabras, que hay toda una empresa detrás y que, en fin, lo último que encontraríamos tras de todo el proceso de fabricación es una única persona a la que pudiese atribuir ese posesivo “mi”.
Lo que ocurre es que la deixis aquí nos está tendiendo una trampa: la deixis de persona relaciona el mensaje con las personas que intervienen en el acto de comunicación. Pero el receptor (por lo menos el receptor filólogo) se pregunta ¿a qué persona hace referencia este “mi”? ¿Cómo puedo pensar yo en un emisor individual de este enunciado, cuando lo que hay detrás de estos flanes es toda una cadena de producción?
Y, por cierto, no sabemos cuál será el famoso pueblo; pero está claro que los flanes no son su producto típico.

Miércoles, 27 de mayo


Por fin he expuesto mi análisis de los actos de habla en una escena de Los soprano; creo que la exposición oral podía haberme salido mejor, pero el contenido ha parecido interesante e incluso hemos observado el doblaje de la escena, que tenía sus trucos. Después Coralie nos ha enseñado la frecuencia de los verbos que usamos en los actos de habla compromisivos, "prometo" y "juro", utilizando un corpus del español (algo que, tengo que reconocerlo, yo no he manejado nunca). Por último, hemos visto el anuncio de Gadis "vivamos como galegos", y el análisis que han hecho de él algunos compañeros míos me ha parecido muy interesante: cómo se juega con los tópicos, cómo se hacen guiños a escenas de películas que forman ya parte del imaginario colectivo y también cómo se introduce subliminalmente la idea de que el gallego de verdad tiene "a despensa sempre chea" (o sea, que haga el favor usted de ir ya mismo al supermercado Gadis que tenga más cerca). Ha sido muy curioso y la verdad es que, como ya empieza a ser habitual, nos lo hemos pasado bastante bien.

lunes, 25 de mayo de 2009

La diferencia receptor/destinatario en el final de "La colmena"


Sobre la diferencia entre el receptor y el destinatario, resulta muy interesante el final de La colmena de Camilo José Cela. El resumen del cierre de la novela es el siguiente: en un periódico aparece publicado un edicto en el que se pide a Martín Marco, el personaje principal, que se presente ante los tribunales de justicia. No obstante, mientras que Martín, que hojea el periódico, se salta precisamente la parte dedicada a los edictos, el resto de personajes (familiares, amigos, conocidos) que leen el diario esa mañana se encuentran con el edicto dirigido a Martín, por lo que se enteran de su próximo encarcelamiento y se entristecen. Con otras palabras: Martín es el destinatario del edicto, que sin embargo no recibe ni descodifica el mensaje; sus familiares, amigos y conocidos, sin ser los destinatarios, se convierten en los receptores. De ahí el dramático y amargo final de la novela, donde todos los allegados a Martín conocen la noticia mientras que este la ignora y parece especialmente feliz y descuidado esa mañana.


EL MENSAJE:

El edicto (que en la novela sólo aparece nombrado, sin que se indique su contenido concreto) debía de tener una forma parecida a la siguiente:

Martín Marco […] desconociéndose en la actualidad su paradero, comparecerá en el término de ocho días […] para prestar declaración en las diligencias previas que se instruyen en el Juzgado Militar…


EL DESTINATARIO:

Martín dobla el diario, lo guarda en el bolsillo de la americana, y rompe a andar […] El periódico se lo ha leído de arriba abajo […] La sección de anuncios, los edictos y el racionamiento de los pueblos del cinturón, es lo único que Martín no leyó.


LOS RECEPTORES

Rómulo pasa la hoja y recorre las columnas […] Se detiene ante unas breves, apretadas líneas. La garganta se le queda seca y los oídos le empiezan a zumbar.

- Lee
Ventura enciende una cerilla para que la chica pueda leer.
- ¡Pues sí, en buena se ha metido tu amigo!

- Mire. Lea aquí.
Celestino lee despacio, con el entrecejo fruncido.
- Mal asunto.
- Eso creo.
- ¿Qué piensa usted hacer?
- No sé. ¿A usted qué se le ocurre?

jueves, 21 de mayo de 2009

Miércoles, 22 de mayo

El hilo conductor de la clase ha sido la exposición de nuestra compañera alemana Alexandra Seba, que había sintetizado un libro, sin duda muy pertinente, sobre los actos de habla y la cortesía en españoles y alemanes. Son distintas las normas que rigen en una y otra lengua fenómenos como los saludos, las peticiones, los agradecimientos, las invitaciones... Por ejemplo, los alemanes son mucho más directos en las críticas que los españoles; dan más rodeos, sin embargo, si tienen que pedir algo; e interpretan las típicas "invitaciones" españolas de "Pásate un día por mi casa a tomar café" como invitaciones de verdad, de manera que se quedan un poco preocupados por la falta de datos (pero qué día? a qué hora?). La clase ha sido muy divertida, porque nuestros erasmus (y Coralie, que ha estado siempre a medio camino entre una erasmus y una estudiante de la USC) han ilustrado la exposición de Alexandra con sus propias experiencias... son curiosos los pequeños conflictos que se dan por no comprender bien las reglas de cortesía de una y otra cultura; sin ir más lejos, he entendido por qué Alexandra y Sandrine me agradecen tanto (desde luego, mucho más que los españoles...) que les deje los apuntes o les haga cualquier pequeño favor...

martes, 19 de mayo de 2009

Los tiempos verbales en el romancero tradicional

Y más literatura. Siempre me ha llamado la atención el juego con los tiempos verbales que se da en el romancero tradicional, el paso arbitrario del presente al pretérito y al futuro. Se supone que el tiempo verbal es una marca deíctica, porque sitúa lo relatado en el discurso respecto del momento que tiene lugar en el acto comunicativo. Así, por ejemplo, todas las formas verbales del siguiente romance deberían aparecer en pasado, pues se supone que el narrador cuenta algo ya ocurrido; también podría utilizar el presente (lo hace César, por ejemplo, en La guerra de las Galias; es el llamado "presente histórico"). Lo que resulta extraño es que se pase del pretérito al presente, incluso en la misma construcción sintáctica: "vio venir una galera / que a tierra quiere llegar"; "diciendo viene un cantar/ que la mar ponía en calma / los vientos hace amainar"; o del pretérito al futuro: "allí habló el infante Arnaldos / bien oiréis lo que dirá". Con esta alternancia, el emisor resulta "desubicado" respecto de lo que cuenta; con otras palabras ¿resulta entonces que lo relatado no es algo ya sabido, si no que está sucediendo en el mismo momento en que habla el emisor, o que va a suceder en un futuro inmediato?. Se ha estudiado el efecto estilístico de estos saltos temporales; sea cual sea su valor, lo cierto es que constituye una nota muy peculiar (y, en mi opinión, afortunada) de nuestro romancero medieval.


Romance del conde Arnaldos

Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de san Juan

yendo a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar

las velas trae de seda
jarcias de oro torzal
áncoras tiene de plata
tablas de fino coral

marinero que la guía
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma
los vientos hace amainar

las aves que van volando
al mástil vienen posar
los peces que andan al fondo
arriba los hace andar.

Allí habló el infante Arnaldos
bien oiréis lo que dirá
"Por tu vida el marinero
dígasme ahora ese cantar"

Respondiole el marinero
tal respuesta le fue a dar
"Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va"


Y aquí va la versión del romance de Amancio Prada:


Pedro Salinas y la deixis



Los pronombres son una de las marcas de la deixis de persona.

A Pedro Salinas se le ha llamado "el poeta de los pronombres".

Reflexionar con un poco de literatura nunca viene mal...

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».

Resumen de lectura (Moreno Cabrera)

Moreno Cabrera, J. C. (1987), “La deíxis” en Fundamentos de Sintaxis General, Madrid, Síntesis, pp. 65-77.

En este capítulo se define la deixis, se atiende a los distintos tipos de la misma, se compara lo que ocurre en distintas lenguas y se concluye reflexionando sobre la importancia de este fenómeno. Incluye, además, una serie de ejercicios sobre el mismo. Así pues, la deixis se define como la función lingüística que pone en relación los mensajes emitidos con las circunstancias en que tales mensajes se producen: se necesitan unos puntos de referencia para orientar el discurso y tales puntos de circunstancia vienen dados por las circunstancias de la emisión del mensaje.
Hay tres tipos esenciales de información deíctica:
a) La persona gramatical (deíxis personal): relaciona el mensaje con las personas que intervienen en el proceso de comunicación.
b) La localización espacial (deixis espacial): con el lugar en que se verifica el proceso.
c) La localización temporal (deixis temporal): con el momento en que tiene lugar ese proceso.
Estas tres funciones se localizan en el ámbito nominal y en el ámbito verbal: en los pronombres personales, en los afijos posesivos de los sustantivos, en la flexión personal del verbo, mediante adverbios temporales.
En cuanto a la deixis PERSONAL, el sistema de las personas gramaticales se asienta sobre tres personas fundamentales: la primera (el que habla), la segunda (a quien se habla), y la tercera (del que o de lo que se habla). Siguiendo a Benveniste, establecemos dos oposiciones: la de personalidad, que opone “yo/tú” a “él” y la de subjetividad, que opone “yo” a “tú”. Por tanto, la primera y segunda personas se oponen a la tercera, como no persona. Existe la siguiente jerarquía: el hablante predomina sobre el destinatario y éste sobre aquel o aquello de lo que se habla.
Por lo que respecta a la deixis ESPACIAL, se produce cuando se denotan lugares determinados a partir de su distancia respecto a uno de los protagonistas del discurso. Aquí cada protagonista determina un lugar específico. Existirá, pues, un lugar-yo (“aquí”-“éste”), un lugar no-yo (“ahí”-“ése”) y un lugar-no-yo-no-tú (“allí”-“aquél”). Pero, como es sabido, no todas las lenguas realizan esta triple división.
En cuanto a la deixis TEMPORAL, ésta especifica el momento en que se realiza lo relatado según sea anterior, simultáneo o posterior al momento en que se da el acto comunicativo: el momento en que se realiza el acto lingüístico es el centro a partir del cual se especifica la localización temporal de lo referido en el discurso. Son tres las relaciones entre el acontecimiento comunicativo y lo relatado: la anterioridad, la posterioridad y la simultaneidad. Son las relaciones básicas en la mayoría de las lenguas conocidas.
El autor concluye que la deixis es un mecanismo que sirve para relacionar nuestro discurso con la situación comunicativa en que se produce. La deixis hace posible que las expresiones lingüísticas puedan ser reutilizadas una y otra vez de diferentes maneras, en distintos lugares y momentos y por distintas personas para decir cosas diferentes.

viernes, 15 de mayo de 2009

Viernes, 15 de mayo

Coralie y Sandrine nos han hablado de los cumplidos... ha sido una exposición larga, habían trabajado mucho, incluso habían curioseado qué decía el sabio Google cuando se le preguntaba por los piropos. Al parecer, son varios los factores que determinan los cumplidos: no sólo la lengua (han comparado lo que ocurre en español y en alemán) sino también, y sobre todo, el sexo, porque (como todos sospechábamos) las mujeres le dan mucho más importancia al cumplido que los hombres. Eso me recuerda a un artículo que leí el curso pasado sobre los distintos comportamientos lingüísticos entre los hombres y las mujeres: mientras que ellos "luchan" por una imagen de poder entre sus congéneres, nosotras somos más colaborativas, nos halagamos, intentamos estar de acuerdo... somos, en suma menos jerárquicas. Por eso es bastante probable que cuando se encuentren dos amigas una le diga a la otra "¡Qué vestido más bonito! ¡Qué guapa estás!" y la otra le responda "Pero si me lo compré en rebajas...", mientras que entre dos hombres es más fácil que tenga lugar el intercambio: "¡Vaya cochazo!", "No veas, me costó una fortuna...". A la inversa, las conversaciones parecerían un poco extrañas...

miércoles, 13 de mayo de 2009

Miércoles, 13 de mayo

Hoy he presentado mi blog a mis compañeros y he expuesto el artículo que resumí sobre los saludos. También les he puesto el vídeo sobre los actos de habla, un tanto cutre, que encontré en youtube. Después se ha hablado sobre algunos actos de habla expresivos, como el agradecimiento, y se ha discutido algo sobre cómo nos saludamos en el messenger o en otros medios de comunicación virtual. La verdad es que creo que lo hacemos del mismo modo, con el "hola!" y el "hasta luego" que también utilizamos en la calle o en los pasillos de la facultad; aunque, en cuanto a las despedidas, lo que yo he observado es que, sobre todo cuando hablo con amigas, tendemos a alargarlas bastante, como si nos pareciera descortés terminar la conversación con un simple "ya hablaremos otro día", y yo por lo menos tiendo a decir un montón de cursilerías como "venga, cuídate, que descanses, buenas noches, hablamos pronto, ya te dejo un mensaje en tu muro, etc. etc." Al final de la clase, Santiago y Alexis han hablado sobre los agradecimientos en francés y en portugués. Algún día Coralie y yo expondremos nuestro análisis de los actos de habla en dos conversaciones, pero la verdad es que este final de curso (y de carrera!) se está haciendo especialmente duro, cargado de trabajos y exposiciones y exámenes, y no sé cuándo vamos a sacar tiempo para prepararla como se merece...

martes, 12 de mayo de 2009

Resumen de lectura (Escandell Vidal)


Escandell Vidal, Mª. V. (1996), cap. 3 en Introducción a la pragmática, Barcelona, Ariel, pp. 43-60.
Escandell vuelve a exponer una lección de Pragmática con el rigor y la sencillez que le caracteriza, de forma que aclara y precisa muchos de los conceptos de Austin. Recuerda así que Austin fue el primero en considerar el lenguaje del día a día válido para el estudio lingüístico, así como también rebatió la idea de que todos los enunciados pueden considerarse verdaderos o falsos. Austin construyó la teoría de los “enunciados realizativos”, opuestos a los “enunciados constatativos”: con los primeros, el hablante no está meramente registrando un estado de cosas, sino describiendo una acción: la está haciendo. Suelen aparecer en primera persona del singular: es el caso de “Te bautizo como Jaime” o “Te apuesto tres euros”. Una idea que apunta Escandell, que no había visto hasta ahora, es la de los infortunios, esto es, que los enunciados realizativos, a pesar de no ser ni verdaderos ni falsos, pueden ser inadecuados o desafortunados: si las personas y circunstancias que concurren no son las apropiadas para el procedimiento; si los participantes no actúan de la forma requerida o no siguen todos los pasos necesarios; si los hablantes no tienen determinados pensamientos o disposición de ánimo o no se comportan con tales pensamientos.
Frente a los enunciados realizativos, pues, se encuentran los constatativos. Pero la diferencia no es clara; por ejemplo, hay enunciados realizativos que no aparecen en primera persona del singular del presente de indicativo (“Se advierte a los pasajeros que…”), además de enunciados confusos como “Le ordeno que gire” o “Le aconsejo que gire”, que apuntan a que en todos los enunciados puede haber un predicado realizativo implícito.
La autora explica la distinción entre acto locutivo (la emisión de ciertos ruidos, de ciertas palabras); el acto ilocutivo (el que se realiza al decir algo (ordenar, aconsejar, etc.) y el acto perlocutivo (referido a los efectos producidos con el enunciado). El acto locutivo posee significado; el acto ilocutivo posee fuerza; y el acto perlocutivo logra efectos.
La autora concluye valorando las aportaciones más destacadas de Austin: la tesis de que no todos los enunciados tiene que ser necesariamente verdaderos o falsos; el estudio de los enunciados realizativos y la tricotomía “locutivo/ilocutivo/perlocutivo”.

Escandell Vidal, Mª. V. (1996), cap. 4 en Introducción a la pragmática, Barcelona, Ariel, pp. 61-76

La autora repasa ahora la Teoría de los Actos de Habla de Searle, quien sigue las ideas de Austin en el sentido de que el uso del lenguaje en la comunicación se concibe como un tipo particular de acción. Un acto de habla es la unidad mínima de la comunicación lingüística.
Se distingue entre “fuerza ilocutiva” y “forma lingüística”. Según Searle, ambos conceptos están unidos por una relación regular y constante: hay una relación sistemática entre la forma lingüística imperativo y el acto de habla mandato.
En la producción de un enunciado se puede individualizar tres tipos de actos diferentes:
1) Acto de emisión: emitir palabras.
2) Acto proposicional: referir y predicar.
3) Acto ilocutivo: enunciar, preguntar, mandar…
El cualquier oración hay:
1) Un indicador proposicional: el contenido expresado por una proposición.
2) Un indicador de fuerza ilocutiva: que muestra en qué sentido (con qué fuerza ilocutiva) debe interpretarse la proposición. Estos indicadores son el énfasis prosódico, el orden de palabras…
Son 5 los tipos de actos de habla que distingue Searle: asertivos, directivos, compromisivos, expresivos y declaraciones.
Sobre la base de la teoría de Searle se elaboró la “hipótesis realizativa”, que identifica la parte no proposicional del significado de la oración con el acto que el que habla realiza al emitirla, y propugna una representación sintáctica para la fuerza ilocutiva.
Searle distingue cuatro tipos de condiciones que gobiernan la adecuación de los enunciados:
1) Condiciones de contenido proposicional.
2) Condiciones preparatorias.
3) Condiciones de sinceridad.
4) Condiciones esenciales.
Cuando las condiciones estipuladas no se cumplen en alguno de los aspectos, el resultado es también un cierto tipo de infortunio, que varía en su naturaleza y consecuencias de acuerdo con cuál sea la regla infringida.
El problema de los actos indirectos cuestiona la validez de la teoría de los actos de habla. Tiene que haber algún factor capaz de modificar la interpretación “literal” a favor de otra: se ha señalado, por ejemplo, que la realización de un acto indirecto consiste en indicar la satisfacción de la condición esencial afirmando o preguntando una de las otras condiciones. También se ha dicho que los actos indirectos son tipos de actos convencionales, y que lo convencional en ellos es usarlos para ciertos cometidos.
En cualquier caso, resulta poco económico afirmar que oración y acto de habla están indisociablemente unidos si luego hay que acabar concediendo que esta unión está siempre a merced del contexto. La teoría de los actos de habla tiene varios fallos: la atribución de “etiquetas” como actos de habla a segmentos de comportamiento verbal parece muy arbitraria en varios sentidos: la segmentación de la corriente del discurso en actos de habla y la asignación a cada emisión de una y sólo una denominación de acto de habla; es insuficiente para explicar el mecanismo de la interacción; la noción de contexto en la teoría de los actos de habla es marginal, etc.
Escandell concluye, sin embargo, que la teoría de los actos de habla ha abierto perspectivas muy enriquecedoras.

Los saludos

lunes, 11 de mayo de 2009

Disculparse no es nada fácil



La disculpa, como el saludo o el cumplido, es un acto de habla expresivo. Pero disculparse, a veces, no es nada fácil (a todos nos ha pasado). El ejemplo siguiente pertenece al relato de Milan Kundera "Nadie se va a reír", incluido en la colección Los amores ridículos: un crítico de arte se niega a redactar un artículo solicitado por un hombre llamado Zaturecky e intenta disculparse por ello. Pero la situación es tan complicada que finalmente el protagonista reconoce:

"¡Con qué ligereza y con qué defectuosos materiales edifica el hombre sus excusas! No sabía que responderle al señor Zaturecky."

Ciertamente, el tal Zaturecky no acepta la disculpa y, durante el resto del relato, insistirá en que se redacte el artículo que desea de forma "un tanto" agobiante...

jueves, 7 de mayo de 2009

Vídeo sobre los actos de habla

Deja un poquito que desear, pero es una buena muestra de que en youtube se puede encontrar de todo.


miércoles, 6 de mayo de 2009

Resumen de lectura (Benveniste)

Benveniste, E. (1971), Problemas de lingüística general, I, México, Siglo XXI.

Las condiciones de empleo de las formas no son idénticas a las condiciones de empleo de la lengua.
La ENUNCIACIÓN es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización. La relación entre el locutor y la lengua determina las características lingüísticas de la enunciación.
Este proceso (la enunciación) puede ser estudiado de tres modos:
1. La realización vocal de la lengua.
2. Cómo el “sentido” se forma en “palabras”. La enunciación es la conversión individual de la lengua en discurso.
3. Definición de la enunciación en el marco forma de su realización. Antes de la enunciación la lengua no es más que la posibilidad de la lengua. La enunciación es un proceso de “apropiación” (el locutor se apropia del aparato formal de la lengua) y una “alocución” (postula un alocutario, alguien a quien dirigirse) y un proceso de referencia. La presencia del locutor en su enunciación se manifiesta en una serie de formas específicas que ponen al locutor en relación con su enunciación (indicios de la “ostensión”: pronombres personales, demostrativos, formas temporales), términos de intimación (órdenes) y de aserción. Hay entidades que tienen en la lengua su estatuto pleno y permanente y aquellas que, emanadas de la enunciación, sólo existen en la red de “individuos” que la enunciación crea y en relación con el “aquí-ahora” del locutor.
Lo que en general caracteriza a la enunciación es la “acentuación de la relación discursiva al interlocutor”: se forma un cuadro figurativo: figura-fuente-meta de la enunciación: diálogo. (El monólogo es una variante del diálogo).
La función fática: desempeña una función social: la lengua no funciona como medio de transmisión del pensamiento. La situación entera consiste en acontecimientos lingüísticos.
De la subjetividad en el lenguaje
El lenguaje es instrumento de comunicación:
- Porque es empleado así: los hombres no han encontrado un medio mejor para comunicarse.
- Es dudosa su condición de instrumento porque, a diferencia de los instrumentos, el lenguaje está en la naturaleza del hombre, no se ha fabricado. Es en y por el lenguaje como el hombre se construye como sujeto. Aquí se entiende la subjetividad como la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. La subjetividad no es más que la emergencia en el ser de una propiedad fundamental del lenguaje: es “ego” quien dice “ego”.
El lenguaje sólo es posible porque cada interlocutor se pone como sujeto y remite a sí mismo como “yo” en su discurso. El “yo” se crea en alocución a un “tú”.
- El lenguaje está marcado profundamente por la expresión de la subjetividad.
El lenguaje está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse la lengua entera designándose como “yo”.
El lenguaje es pues la posibilidad de la subjetividad, por contener siempre las formas lingüísticas apropiadas a su expresión. El lenguaje propone en cierto modo formas “vacías” que cada locutor en ejercicio de discurso se apropia y que se refieren a su persona.
TESTIMONIOS DE LA SUBJETIVIDAD DEL LENGUAJE:
- la DEIXIS organiza las relaciones espaciales y temporales en torno al sujeto tomado como punto de referencia: los pronombres personales, el tiempo (el presente es siempre el tiempo en que se halla el hablante; el tiempo es “sui-referencial”).
o Los PRONOMBRES PERSONALES son palabras que escapan al estatuto de todos los signos del lenguaje: “yo” se refiere al acto de discurso individual en que es pronunciado, y cuyo locutor designa. La realidad a la que remite es la realidad del discurso.
- VERBOS COMO “YO CREO”, que escapan a la permanencia del sentido en el cambio de las personas. “Yo creo” convierte” en una enunciación subjetiva el hecho afirmado impersonalmente; “yo siento” sólo describe. “Yo supongo”: adopto determinada actitud ante el enunciado que sigue.
- VERBOS DE PALABRA: denotan por su sentido un acto individual de alcance social: “yo juro”: es una forma de valor singular, porque carga sobre quien se enuncia “yo” la realidad del juramente. La enunciación se identifica con el acto mismo. En tanto que “yo juro” es un comprometerme, “él jura” no es más que una descripción, en el mismo plano que “él corre, él fuma”.

Ejercicios sobre los conceptos "poder" y "solidaridad"

1. Inventario de las formas de tratamiento pronominales que utilizo con todos los interlocutores con los que me comunico cotidianamente:
Con mis amigos y familiares siempre utilizo la forma “tú”, excepto con algún amigo con el que me trato de “usted” a modo de broma, o cuando quiero ser irónica con alguien, que recurro al “usted” como forma de marcar frialdad.
Con algunos dependientes utilizo el tú, pero con casi todos el usted.
Con todas las personas que no conozco, a no ser que sean tan jóvenes como yo, utilizo el usted.
Con algunos profesores empleo el tú y con otros el usted.
Creo que donde más claramente se aprecia la importancia del factor poder es en el tratamiento de usted hacia casi todos los profesores, mientras que cuando empleo esa forma de cortesía con gente que no conozco lo hago simplemente para marcar “distancia”, evitar una proximidad que en un primer contacto puede parecer maleducada.
Me desconcierta bastante que algunas personas se molesten si te diriges a ellas con el tratamiento de respeto usted (“no me trates de usted, no soy tan mayor…”). Creo que o la forma “usted” se está asociando cada vez más bien a la diferencia de edad o bien al conservadurismo, de forma que alguien de ideología progresista debe tratar a todos como iguales, sin jerarquías, y emplear la forma “tú” aunque se dirija a un profesor, lo que me parece bastante absurdo.

2. ¿Cómo explicarías el uso de los tratamientos pronominales de tu comunidad a un estudiante americano de español? Elabora una serie de breves ejercicios:
Intentaría ser lo más sencilla posible y le diría:
Con amigos, familiares y personas de confianza, utiliza siempre la forma “tú”; con personas mayores y superiores (profesores, jefes de trabajo, etc.), la forma “usted”; con desconocidos, dependientes, etc., puedes optar por la forma “tú” o “usted”.
Recuerda:
Tú  familiaridad, cercanía, igual a igual.
Usted  respeto, cortesía, de inferior a superior.

Ejercicios:
- María, tengo que preguntar__ si me _____ prestar los apuntes del martes.
- Mamá, ¿me _____ cinco euros?
- Buenos días, señor decano, quería pedir___ una cita para que me _____ los nuevos cambios del CAP.

Los componentes de la enunciación en cuatro viñetas




A continuación se analizarán los distintos componentes de la enunciación en cuatro viñetas de carácter humorístico aparecidas en la revista Muy Historia nº 11 “Grandes revoluciones”. Se sigue básicamente el capítulo de Mª. V. Escandell Vidal. Se ha elegido este documento porque permite algunas reflexiones de interés sobre algunos de los componentes de la enunciación.
Así pues, en cuanto al emisor, este es “Romeu”, el firmante de las viñetas, pues es él quien ha producido intencionalmente una expresión, en este caso no sólo lingüística sino también icónica. El destinatario son todos aquellos lectores de la revista cuyos conocimientos de Historia les permiten interpretar el contenido de las viñetas; así, alguien que por azar hojee la revista y al llegar a esta página sea incapaz de entender lo representado por Romeu, no será un destinatario, sino un receptor, ya que el autor de los dibujos no dirigía a él su enunciado; es simplemente un lector ocasional. Por lo que respecta al enunciado, en este caso, como se dijo, lo que produce el emisor no son sólo expresiones lingüísticas (el contenido de cada uno de los bocadillos que aparece en las viñetas) sino también los dibujos que figuran en cada uno de los recuadros. Sería por tanto más propio hablar de “mensaje” que de “enunciado” ya que, según Escandell, el mensaje puede designar cualquier tipo de información transmitida por cualquier tipo de código, mientras que “enunciado” se usa específicamente para hacer referencia a un mensaje construido según un código lingüístico.
Por lo que concierne al entorno (o situación espacio-temporal), lo más destacable es que el espacio físico en el que se produce el mensaje difiere del de su recepción. Otro factor que hay que señalar en este sentido es que el mensaje se incluye en una revista divulgativa sobre Historia, de carácter comercial, que procura ser interesante y amena pero no demasiado especializada, evitando siempre una imagen de seriedad. No hay duda de que este rasgo distintivo del soporte en que se publican las viñetas determina las características de las mismas.
Quizá el componente de la enunciación que resulta más curioso de analizar en este caso es el de la información pragmática: ciertamente, el destinatario del mensaje tiene que poseer una determinada información pragmática para poder entender el contenido de las viñetas, esto es, ha de poseer cierto conjunto de conocimientos sobre Historia, que el emisor presupone y con el que cuenta a la hora de producir su mensaje. Por ejemplo, para la primera viñeta, la información pragmática necesaria consiste en el conocimiento de que en la Prehistoria hay diferentes etapas, que se diferencian entre sí en parte por los diferentes utensilios y herramientas, cada vez más perfeccionados, que utilizaban los hombres: por eso la mujer le reprocha a su marido que todavía use el hacha “de la última glaciación” y no una “de bronce colado” como hacen todos los vecinos. Para interpretar la segunda viñeta, el lector tiene que tener en mente un determinado referente cultural, la pintura de David “La muerte de Marat”, en la que este destacado personaje de la Revolución Francesa aparece asesinado en la bañera; de esta forma se comprende el humorismo de la escena, pues el “Marat” retratado por Romeu muestra gran tranquilidad cuando Carlota llega hasta a él con su gran cuchillo. En la tercera viñeta aparecen varios jóvenes chinos uniformados que desfilan ostentando el libro rojo: el lector ha de tener ciertos conocimientos sobre la Revolución China y sobre “El capital”, libro de Marx, para entender el guiño desafiante que uno de los chicos le dirige a un compañero: “¿Tú te lo has leído? ¡Aún es más aburrido que el capital!”. Finalmente, la información pragmática que ha de poseer el receptor (la cual, no hay que olvidarlo, comparte con el emisor) tiene que ver con la revolución sexual de la segunda mitad del siglo XX y el feminismo: sólo así se entiende lo que dice una de las mujeres en la última viñeta, “me he liberado, tomo anticonceptivos, me gano la vida, exijo mis derechos y he quemado los sostenes”. Sin estos conocimientos mencionados, difícilmente un lector puede comprender y disfrutar los chistes gráficos de Romeu; seguramente le parecerían que están escritos en otro idioma, pues las dificultades para su interpretación serían las mismas.
En cuanto a la intención del emisor, esta consiste en divertir, entretener, distraer, etc. al receptor; parece apreciarse un atisbo de crítica social en la primera viñeta (crítica a la rapidez con que pasan las modas, al absurdo de las mismas, la sociedad de consumo, etc.) y en la tercera (la masa que no sabe bien qué es lo que defiende), pero lo que queda claro es que la intención principal es la de hacer pasar un buen rato al receptor.
Finalmente, por lo que atañe a la relación social, el emisor tiene una determinada función con respecto al destinatario, pues su propósito o su misión son, como se dijo al tratar la intención, distraerlo, hacerle pasar un buen rato; de hecho, la intención del mensaje podría considerarse subsidiaria a la relación social ya que, como humorista, su función es precisamente crear algo, transmitir un mensaje, que tenga un valor o un fin humorístico.
Han sido analizadas así las cuatro viñetas de la revista Muy Historia, un tipo de mensaje (no sólo lingüístico, sino también gráfico) con unas características especiales, que ha permitido cierta reflexión sobre algunos de los componentes de la enunciación.

"Un corte" de Quim Monzó





El resumen del relato es el siguiente: un chico, Toni, entra en el aula con un corte en el cuello del que no para de salir sangre y tiene que soportar la perorata de su profesor, que ignora la situación del muchacho, sobre las buenas maneras y las reglas de comportamiento. Así pues, en cuanto a la primera definición de Pragmática ofrecida por Hernández Sacristán (“la pragmática es una teoría de la acción comunicativa que nos permite el estudio del uso lingüístico en tanto que acción social”), Toni está ofreciendo información sobre su estado -“Me han cortado con una botella rota”-, pero, al mismo tiempo, está pidiendo ayuda a quien considera que puede ayudarle y hacerse cargo de él. Ahora bien, éste, en vez de reaccionar como se espera ante esta situación, se dedica, como se dijo, a sermonear sobre la buena educación: no es la literalidad de su mensaje lo más significativo, sino la ignorancia de la gravedad de su alumno, su desatención, etc. Como se aprecia, lo importante no son tanto los contenidos informativos que se transmiten sino las acciones sociales que hay detrás, en especial la del profesor.
En cuanto a la segunda definición de Pragmática (“la pragmática es una teoría de la comunicación en tanto que actividad inferencial que implica a hablantes y oyentes”), resultan especialmente llamativas las dos primeras intervenciones del profesor –“A ver. ¿Ésas son maneras de entrar en clase, Toni?” y “¿Cómo se entra en clase, Toni? ¿Es así como se entra en clase?...”- ya que, además de no ofrecer inmediatamente su ayuda a Toni, le reprocha que entre en clase de manera tan abrupta, de lo que se infiere la acusación “Toni, te estás comportando de forma maleducada”, cuando esta acusación es totalmente ilógica en este contexto comunicativo. Igualmente, cuando Tony alega “Es que voy todo lleno de sangre, señor”, la inferencia es “No puedo ser educado en estas circunstancias”, pero su profesor no la deduce y sólo atiende la literalidad del mensaje –el contenido informativo “voy todo lleno de sangre”- por lo que responde “Ya lo veo”.
Por lo que respecta a la tercera definición de Pragmática –“la pragmática es un estudio del espacio interlocutivo en el que se integran los agentes sociales de la actividad comunicativa. Dicho en otros términos, la pragmática estudia los roles de hablante y de oyente”, lo curioso de este relato es que el profesor actúa manteniendo –e incluso exagerando- los roles de “profesor-alumno”, amonestando al muchacho por su forma de entrar en clase, cuando la peculiar situación del chico transforma los roles de la situación en “solicitante de ayuda-protector”. Así, si no se interpreta que el profesor no está en su sano juicio y por eso actúa tan irracionalmente, lo que puede pensarse es que el profesor está actuando de forma despótica, ignorando la situación de Toni para poder, a cambio, perorar sobre algo que cree oportuno en ese momento, las buenas maneras.
Finalmente, Hernández Sacristán define la pragmática como “un estudio del uso del lenguaje en tanto que actividad estratégica o negociada. Con ello queremos decir que la acción comunicativa de un interlocutor no puede valorarse nunca como acción singular e independiente de otras”. Pues bien, la historia del relato se caracteriza precisamente porque el profesor no respeta esta negociación que supone todo acto comunicativo, mientras que Toni se esfuerza por “negociar” con su interlocutor, lo que se observa sobre todo en el uso de la expresión “es que…” –“Es que Ferran y Roger, señor, han cogido una botella rota…”; “Es que voy todo lleno de sangre, señor”- que introduce una excusa, o en que responda a la amonestación del profesor diciendo “Buenos días”. La actitud insensata o tiránica del profesor se deriva, precisamente, de su negativa a “negociar” en la conversación con su alumno.
La situación que presenta “Un corte” resulta angustiosa, próxima a las historias de Kafka, pero nos alivia pensar que sólo se trata de un relato. Ahora bien, ¿acaso no hay situaciones en la vida real en la que la comunicación entre un inferior y un superior –o entre un grupo oprimido y su opresor- resulta imposible, con la sensación de impotencia que eso conlleva? O, para no ponernos tan serios, ¿podría analizarse pragmáticamente con los mismos resultados la conversación entre la operaria de Telefónica y alguien que llama para darse de baja?

6 de mayo



Hoy hemos tenido clase al sol. Como era de esperar en un contexto tan informal, la clase se nos ha ido hablando de un montón de cosas: de las formas de tratamiento "tú" y "usted", a las que ya les hemos dado unas cuantas vueltas (síntoma de que no está claro en qué situaciones se utilizan, y es que, en mi opinión, en este aspecto la lengua está en plena transición, vacilante: a un profesor ¿le trato de tú o de usted? ¿y si es tan joven como yo? ¿y al dependiente? ¿y a un señor mayor que no conozco de nada? ¿y a un joven...? ¿y...?); se ha hablado también (ha hablado sobre todo Santiago, que había preparado una exposición sobre el tema) de los pronombres personales en japonés, y a todos nos ha sorprendido la cantidad de factores de variación que intervenían a la hora de elegir el pronombre para referirse a uno mismo: edad, sexo, lugar que se ocupa en la jerarquía social... hasta los homosexuales jóvenes tienen que utilizar un pronombre que les marca; y es que la deixis, en algunas lenguas, tiene sus caprichos. Y hoy, nosotros, hemos tenido el capricho de la clase al sol.

lunes, 4 de mayo de 2009

Resumen de los apuntes sobre deixis

- Procede de un término griego que significa “señalar” e “indicar”.
- Según Levinson, pertenece a la pragmática porque concierne directamente a la relación entre la estructura de las lenguas y los contextos en que son utilizadas.
- 2 tipos:
o Ad oculos: los objetos señalados están presentes en la situación.
o Fórica: lo señalado aparece en el discurso previo o posterior.
Hay 5 categorías deícticas fundamentales: la deixis de persona, tiempo, lugar, discursiva y social. Todas se organizan de forma egocéntrica.
1. La deixis de persona.
- La persona o el papel del participante se marcan mediante los pronombres y predicados concordantes, además de mediante otros procedimientos, como el parentesco y los tratamientos.
2. La deixis de tiempo.
- La expresión temporal toma como referencia el momento de la enunciación. Hay un tiempo de codificación (TC) y un tiempo de recepción (TR), que confluyen en simultaneidad deíctica, aunque no siempre (novelas, mensaje en contestador automático, etc.).
3. La deixis de lugar
- Especificación de las situaciones relativas a los puntos de anclaje en el evento de habla. La situación de los objetos puede hacerse por referencia a puntos fijos o al lugar de la enunciación.
4. La deixis del discurso.
- Concierne al uso de expresiones en un enunciado para referirnos a alguna porción del discurso.
5. La deixis social.
- Se refiere a los aspectos de las oraciones que reflejan o establecen o están determinados por ciertas realidades de situación social en que tiene lugar el acto de habla. Se trata de elementos sociales que están codificados: pronombres de cortesía, fórmulas de tratamiento, etc.
- Poder y solidaridad (Brown y Gilman): las formas de tratamiento y la noción de cortesía se relacionan con las nociones de poder y solidaridad: todas las lenguas tienen algún modo de indicar las diferencias de poder y solidaridad.

La primera palabra



Al leer el artículo de Mª. V. Escandell he recordado una anécdota que se relata en la novela de Vila-Matas, Doctor Pasavento: a medida que avanzaba en la lectura, entendía mejor lo curioso de dicha historia. Creo que resulta interesante reproducir aquí ese pasaje y explicarlo a la luz del artículo:

… llegando aún al año de vida, me llevaron a casa de mi abuelo paterno para que le diera una alegría antes de morir. Mi abuelo se hallaba débil, pero sonriente en su lecho de muerte. Le saludé y, al parecer, superé lo que se esperaba de mí, pues pronuncié la primera palaba de mi vida, dije “Adiós”. Y mi abuela quedó conmovida. Y yo ya no volví a ver al abuelo. A los pocos días, él murió, desapareció para siempre.


Esta breve historia conmueve al lector tanto como a la abuela del narrador por un motivo muy claro: la intervención del bebé se interpreta como un acto comunicativo normal, de manera que se considera que el emisor tiene una determinada “intención”, la de despedirse de su abuelo, que está en el lecho de muerte. Pero el niño, claro está, no tiene esa intención; no tiene intención alguna, puesto que para él no es más que la primera palabra pronunciada con éxito, y desconoce todos los elementos de la situación extralingüística en la que se encuentra: así, no sabe que su destinatario es alguien que está a punto de morir, y por tanto esa palabra, “adiós”, dirigida a esa persona, se interpreta como una despedida definitiva; desconoce la situación, esto es, que ha sido llevado a ver a su abuelo agónico; y, con toda probabilidad, no sabe que la primera palabra que ha pronunciado en su vida es precisamente eso, una palabra de despedida. Ahora bien, la abuela sitúa esa palabra, pronunciada por el bebé con toda inocencia, en las coordenadas del acto comunicativo verbal en que se produce y no puede menos que sorprenderse. Esta anécdota subraya, por tanto, la importancia de la intencionalidad en la comunicación humana, tan certeramente señalada por la autora del artículo leído.

Resumen de lectura (Hernández Sacristán)


Hernández Sacristán, C., “Pragmática general”.


Se trata del resumen breve y sencillo sobre un artículo, que desarrolla en pocas líneas en qué consiste la Pragmática. Puede ser útil remarcar, por su claridad, la definición de Pragmática como “subdisciplina lingüística que estudia el uso del lenguaje y los valores asociados al mismo”. Los cuatro niveles de manifestación del uso del lenguaje determinan una cuádruple visión de la Pragmática: la acción social, la actividad inferencial, los agentes sociales y la actividad estratégica o negociada. Así pues, con estos conceptos básicos, resulta posible tener una idea básica de en qué consiste la Pragmática –y alejarse de la nebulosa de definiciones que ofrece Levinson, la cual, a quienes nos acercamos por primera vez a esta disciplina, quizá nos intimide un poco. Para asimilar los cuatro puntos básicos a los que atiende la Pragmática, me parece interesante analizar –sin profundizar demasiado- un relato de Quim Monzó, en el que lo anecdótico o curioso se debe a la peculiar situación en que se produce el acto comunicativo.

Resumen de lectura (Escandell Vidal)

Escandell Vidal, M. V., “Aportaciones a la pragmática” en Enseñar español como segunda lengua (L2) / lengua extranjera (LE). Vademécum para la formación de profesores, Madrid, SGEL (en prensa).

Se trata de una lectura relativamente breve, sencilla y ordenada, que aclara algunos puntos básicos de la Pragmática, como su objetivo y objeto de estudio, al tiempo que revisa una de las definiciones tradicionales de “comunicación” y ofrece otra más acertada. Tras indicar el auge de la Pragmática en los últimos años y el valor de esta disciplina para explicar muchos aspectos lingüísticos, se detiene como se dijo en el concepto de “comunicación”, señalando tres aspectos interesantes que ha de recoger la definición de este término: que la transmisión de información no es la única finalidad de la comunicación humana; que en ella no sólo interviene el código, sino también la inferencia; y que para que haya comunicación es necesario que haya “intención” de comunicar. Seguidamente, tras exponer un ejemplo, determina que el objetivo de la Pragmática es explicar cómo lo que se comunica va más allá de lo que se dice literalmente. Se determinan después las semejanzas y diferencias con la Gramática, entre las que destaca que, desde el enfoque pragmático, la clave no es “ser gramatical” sino “ser adecuado”. Desarrolla a continuación los “factores pragmáticos” (emisor, destinatario, situación y en enunciado), deteniéndose después en las relaciones que se establecen entre ellos (la intención y la distancia social). El último apartado –quizá el más difícil de comprender- se dedica a explicar que los factores que intervienen en la comunicación se reducen a representaciones internas, con lo que se supera la heterogeneidad inicial.
El artículo permite entender con claridad en qué consiste la Pragmática. El sencillo ejemplo que ofrece la autora lleva a pensar que, ciertamente, la Gramática por sí sola no puede explicar lo que sucede entre el comprador que pregunta por la mostaza y el vendedor. Igualmente, la redefinición del concepto de “comunicación” resulta mucho más coherente y completa que la definición tradicional, que excluye aspectos esenciales para comprender qué pasa cuando nos comunicamos.

Resumen de lectura (Escandell Vidal)

Escandell Vidal, Mª. V. (1996), cap. 1 en Introducción a la pragmática, Barcelona, Ariel, pp. 15-29.

Se trata de unas páginas introductorias a la Pragmática en la que se atiende a los motivos por los que es necesaria esta disciplina, de forma que su objetivo y campo de estudio quedan explicados con brevedad y sencillez. Merece la pena reproducir aquí la síntesis de la autora (p. 22):
La distancia que existe a veces entre lo que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir, la adecuación de las secuencias gramaticales al contexto y a la situación, o la asignación correcta de referente como paso previo para la comprensión total de los enunciados son tres tipos de fenómenos que escapan a una caracterización precisa en términos estrictamente gramaticales.

Ciertamente, el ejemplo de Voltaire que se aduce pone de relieve la necesidad de estudiar qué mecanismos intervienen para que, de la expresión literal de los mensajes “sí”, “no” y “quizás”, se llegue a una información final distinta. Salta a la vista que la gramática por sí sola no puede explicar cómo “quizás” significa algo distinto si lo pronuncia un diplomático que si lo pronuncia una dama: ni la fonética, ni la semántica ni la sintaxis aclaran que “quizás” quiere decir “no” en el primero, “sí” en la segunda. “No hay una correspondencia biunívoca constante entre representaciones fonológicas e interpretaciones” (pp. 16-17). Y ahí interviene la Pragmática. También resulta especialmente significativo otro ejemplo, el de imaginar que encontramos en el suelo un papel en el que aparece el texto “Te espero mañana donde siempre”, pues resalta la importancia de la situación comunicativa para comprender los mensajes.

Resumen de lectura (Levinson)

Levinson, S. C. (1989), Pragmática, Barcelona, Teide, pp. 21-31.


Definición 1 de pragmática:
- Estudio de las condiciones de adecuación de las oraciones al contexto.
- Problemas:
1. Coincidencia parcial con el campo de la sociolingüística (estudio de la competencia comunicativa).
2. Idealización de una comunidad hablante culturalmente homogénea.
3. Los hablantes de una lengua no se comportan siempre del modo recomendado por las costumbres imperantes.
4. Predicción incorrecta de las condiciones de uso.
5. Explotación de las convenciones con el propósito de comunicar un nuevo mensaje pertinente (ironía).
- Solución: el uso del lenguaje es demasiado elástico para permitir una teoría basada en tal concepto. Si en lugar de esto se acepta que el objetivo de una teoría pragmática es predecir el significado de un enunciado en un contexto, entonces no surge ninguna de estas dificultades.

Definición 2 de pragmática:
- Definición ostensiva o extensional: proporcionar una lista de los fenómenos de los que debe dar cuenta una teoría pragmática.
- Problemas:
1. Escasa ayuda para aquellos que no estén familiarizados con estos temas.
2. No proporciona ningún criterio para la inclusión o exclusión de otros fenómenos.
- Solución 1: delimitar los límites: el superior es la semántica y el inferior la sociolingüística: la pragmática se ocupa del significado y la sociolingüística de los usos (por ej., los honoríficos).
- Problemas:
1. Las explicaciones pragmáticas necesitarán la información sociolingüística.
2. No es fácil trazar un límite entre los fenómenos sociolingüísticos y los pragmáticos.
- Solución 2: determinar los objetivos de una teoría pragmática: teoría como función que asigna un conjunto de entidades (el dominio) a otro conjunto de entidades (el recorrido), es decir, delimitación del campo de la pragmática:
- asignación a enunciados las proposiciones que expresan su significado completo en un contexto.
- cambio de contexto.
- aspectos del contexto codificados gramaticalmente.
- restricciones en la adecuación de los enunciados.
- lista de temas asociados a cada elemento.
- Problemas: deficiencia de todas estas funciones: las definiciones de campos académicos satisfactorias son siempre deficientes.
- Solución 3: teoría integrada, teoría general de la gramática formada por la sintaxis, la semántica, la fonología y la pragmática. Esto se debe a que:
- las gramáticas deben hacer referencia a contextos de uso si quieren incluir descripciones léxicas completas de una lengua.
- las especificaciones contextuales constituyen una información de entrada necesaria para un componente semántico.

Resumen de lectura (Verschueren)

Verschueren, J. (2002):Para entender la pragmática, Madrid, Gredos, pp. 33-47.

Es otro artículo dedicado a fijar la definición y el campo de estudio de la Pragmática. Aunque no resulta demasiado sencillo –especialmente en cuanto a los ejemplos ofrecidos− insiste en que la Pragmática es “el estudio del uso del lenguaje” y una perspectiva desde la que se pueden observar los fenómenos relacionados con la fonética, la semántica y la sintaxis de la lengua. De ello se deduce, a su vez, que la Pragmática carece de unidades de análisis propias. Por otra parte, sitúa la Pragmática como “enlace entre la lingüística y el resto de las humanidades y las ciencias sociales”. Al parecer, se trata de una disciplina lingüística diferente a todas las estudiadas a lo largo de la carrera y que permite acercarse a los aspectos fonéticos, semánticos y sintácticos del lenguaje para entender cómo los usamos en la comunicación. Igualmente, subraya la noción de “funcionamiento del lenguaje en uso real” y la relación de este hecho con la generación de significado: sólo se genera significado en el proceso de usar el lenguaje.

domingo, 3 de mayo de 2009

Ejercicio sobre los componentes de la enunciación


Imagina, para cada uno de los siguientes enunciados, tres contextos diferentes. En cada contexto han de incluirse los elementos esenciales (hablante, oyente, lugar, situación). Finalmente, asigna al enunciado el significado específico que tendría en ese contexto:

a) Qué sueño tengo.
1. El hablante y el oyente son amigos. La situación es la siguiente: están por la noche hablando en casa de uno de ellos, que le dice al otro: “Me apetece salir a tomar algo” y el otro, después de un silencio, le responde “Qué sueño tengo”. Quiere decirle con esto que no le apetece salir.
2. El hablante y la oyente son un hijo y su madre respectivamente. La situación es esta: están en casa, por la noche, viendo un programa de televisión, en silencio, y de pronto la madre dice: “Qué sueño tengo”. De esta forma quiere decir que se irá pronto a acostar.
3. El hablante y el oyente son conocidos. Están en la calle, y uno de ellos lleva mucho rato hablando de un tema personal que al otro no le interesa nada. Este, que es un poco descortés, le dice interrumpiéndole “Qué sueño tengo”, con lo que le quiere indicar abiertamente que no le importa nada lo que le está contando y que se aburre.

b) Eres un genio, realmente.
1. El hablante y el oyente son amigos. Están en el garaje de uno de ellos, que le ha pedido al otro que le ayude a reparar su bicicleta, lo que el amigo consigue enseguida. Entonces el otro le dice “Eres un genio, realmente”. Se trata así de un halago, una forma de agradecer la ayuda prestada.
2. El hablante y el oyente son compañeros de clase. Uno de ellos interrumpe al profesor para decir una obviedad, creyéndose muy perspicaz. Su compañero le dice “Eres un genio, realmente”; está siendo irónico, y lo que quiere decir en realidad es “vaya tontería has dicho, aunque tú te consideres muy inteligente”.
3. El hablante y el oyente son padre e hijo respectivamente. El hijo llega a casa y le comunica a su padre que le acaban de decir que ha sacado la nota de selectividad más alta de su ciudad; entonces el padre le dice “Eres un genio, realmente”. Se trata de un halago sincero, sin el matiz hiperbólico que tenía el caso 1.

Resumen de lectura (Escandell Vidal)

Escandell Vidal, Mª. V. (1996), cap. 2 en Introducción a la pragmática, Barcelona, Ariel, pp. 25-39.

Este capítulo, fácil de leer y relativamente breve, define y explica los diferentes elementos de la situación comunicativa: el emisor es “la persona que produce intencionalmente una expresión lingüística en un momento dado, ya sea oralmente o por escrito”; el destinatario “la persona (o personas) a la(s) que se dirige su enunciado y con la(s) que normalmente suele intercambiar su papel en la comunicación de tipo dialogante”, y conviene distinguirlo del receptor, igual que hay que diferenciar el emisor del hablante: el destinatario “es siempre el receptor elegido por el emisor”. Por otra parte, el enunciado es “la expresión lingüística que produce el emisor”; la autora se detiene en la distinción entre “oración” y “enunciado”, que queda muy clara. El entorno es el contexto o situación espacio-temporal, integrado por los siguientes factores: contexto físico, empírico, natural, práctico u ocasional, histórico y cultural. Estos son los componentes materiales. Los componentes relacionales son: la información pragmática, esto es, “el conjunto de conocimientos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un individuo en un momento cualquiera de la interacción verbal”, que tiene tres subcomponentes: general, situacional y contextual: los interlocutores comparten una parte de información pragmática y, además, cada uno construye hipótesis sobre la información del otro. Esta idea resulta interesante, porque explica algunos fallos en la comunicación, derivados pues de hipótesis incorrectas sobre la información del otro la intención, por otra parte, es “la relación entre el emisor y su información pragmática, de un lado, y el destinatario y el entorno, de otro”. La autora apunta que el silencio tiene también una intención, algo a tener en cuenta: hasta los que se quedan callados quieren comunicar algo. El último factor relacional es la relación social, pues el emisor construye su enunciado a la medida del destinatario, que ocupa un determinado puesto en la estructura social.
Concluye el artículo con la distinción entre significado (“la información codificada en la expresión lingüística”) y la interpretación, que pone en juego los mecanismos pragmáticos. A partir de esto, se oponen las disciplinas de la pragmática y la semántica y se ofrece la siguiente definición de la primera:

[disciplina lingüística] que se ocupará del estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, entendido como el estudio de todos aquellos aspectos del significado que, por depender de factores extralingüísticos, quedan fuera del ámbito de la teoría semántica (es decir, de los significados convencionales).
Resulta, como se adelantaba al principio de este resumen, un capítulo útil para entender mejor qué es eso de la pragmática y, por supuesto, para conocer los factores que intervienen en la situación comunicativa.

sábado, 2 de mayo de 2009

Resumen de los apuntes sobre actos de habla

Según Searle, al emitir un enunciado determinado llevamos a cabo un cierto acto. La lengua se concibe como un conjunto de acciones que realizan los individuos para conseguir determinados fines. Austin, en ¿Cómo hacer cosas con las palabras?, propuso que existen unas acciones especiales cuyo acto provocador son determinadas emisiones lingüísticas. Distingue entre actos LOCUTIVOS: todas las acciones que realizamos por el simple hecho de construir mensajes: actos fonéticos, gramaticales y semánticos; ILOCUTIVOS: las acciones intencionadas que realizamos mediante el uso de enunciados: una petición, una pregunta, etc.; y PERLOCUTIVOS: las influencias que nuestros actos lingüísticos tienen en los demás, como convencer, sorprender, etc.
Se señala asimismo la importancia de los actos REALIZATIVOS o PERFORMATIVOS, esto es, aquellos enunciados asertivos que tienen la propiedad de realizar la acción que enuncian, que no son verdaderos o falsos ni válidos o nulos; por ej.: “Yo te bautizo”, “Os apuesto cinco euros…”, etc.
Hay varios tipos de actos de habla, cada uno con varios subtipos:
- ASERTIVOS: expresan la creencia por parte del hablante de que se da determinada situación o suceso; por ej.: afirmar, predecir, atribuir, disentir, adivinar, etc.
- COMPROMISIVOS: comprometen al hablante en la realización de un acto futuro. Son las promesas y los ofrecimientos.
- DIRECTIVOS: intentan intervenir en la conducta del oyente; por ej.: peticiones, súplicas, preguntas, órdenes, prohibiciones, autorizaciones, etc.
- EXPRESIVOS: expresan la actitud del hablante ante determinadas situaciones; por ej.: asentimientos, saludos, felicitaciones, exculpaciones, reconocimientos, insultos, lamentos, etc. Se suelen asociar a determinadas expresiones fijas.
- DECLARATIVOS: se utiliza un verbo determinado cuyo significado (principal) sirve para caracteriza el acto ilocutivo; por ej.: para afirmar: “Yo afirmo que no lo sé”, para ordenar: “Te ordeno que no vayas”, etc.

Otro aspecto interesante de los actos de habla son los ACTOS DE HABLA INDIRECTOS (AHI), caracterizados por Searle. Estamos ante actos de habla indirectos cuando realizamos un acto de habla mediante una expresión asociada a otro acto de habla diferente. Por ej.: “¿Puede usted pasarme la sal?”, donde la interpretación literal nos llevaría a responder a una pregunta (“Sí, puedo”), pero la interpretación indirecta nos hace responder a un ruego. Se relacionan con las reglas de cortesía. Forman parte de la clase de enunciados que tienen en común que su forma lingüística se desvía de la función comunicativa que desempeñan (indirección), y que incluye también las metáforas y la ironía. En los AHI, el acto literal y el no literal siempre se realizan, de forma que se puede responder a un AHI dirigiéndose a la ilocución literal: “¿Puedes coger el teléfono?; No, estoy ocupado”. Los AHI se clasifican en quimperativos, asemperativos, queclarativos, pseudo-imperativos, provocaciones, confirmaciones.

El estudio de los actos de habla fue una auténtica revolución dentro de la teoría del lenguaje: hablar no es sólo transmitir contenidos codificados, sino que es también realizar actos; el análisis de los actos de habla es la primera aproximación rigurosa al fenómeno comunicativo fuera de los dominios del código; constituye una de las bases teóricas en las que se apoyó el método comunicativo de la enseñanza de lenguas.

Resumen de lectura "Acerca de los actos de habla expresivos y comisivos en español"




Henk Haverkate, K. Hengeveld y G. Mulder (1993), Aproximaciones pragmalingüísticas al español, nº 12, Diálogos hispánicos, Amsterdam, Edit. Rodogi.

Este artículo analiza dos tipos de actos de habla, los expresivos y los compromisivos.
El objetivo ilocutivo de los actos de habla EXPRESIVOS es la expresión de un estado psicológico del hablante causado por un cambio en el mundo que le atañe al interlocutor o a él personalmente. Ejemplos típicos son lamentarse, avergonzarse y arrepentirse. Actos expresivos centrados en el oyente son agradecer, felicitar y dar el pésame. Son actos corteses, porque sirven para apoyar o reforzar la imagen positiva del interlocutor. Los actos expresivos se efectúan típicamente por medio de locuciones performativas como “Te lo agradezco”, “Le felicito por su restablecimiento”. El autor se detiene ahora en cuatro especímenes de los actos expresivos:
- El saludo: es un acto expresivo universal, basado en fórmulas rutinarias y que n o sirve para transmitir información proposicional. Al saludar intervienen signos paralingüísticos y no lingüísticos. El saludo suele formar parte de una pareja adyacente (“Hola”, “Hola”). En cuanto a sus funciones, sirve parar abrir el canal comunicativo, para evitar que se produzca una tensión social y para confirmar una determinada relación interaccional. Por lo que respecta al significado léxico, hay saludos que carecen de significado proposicional, mientras que otros son preguntas sobre la vida personal del interlocutor. La dimensión temporal se manifiesta a través de un sistema tripartito (“Buenos días”, “buenas tardes” y “buenas noches”). Influye también en el tipo de saludo la distancia social (“¿Qué hay?” frente a “¿Cómo está usted?”). Etimológicamente, en muchos casos se alude a la religión o la sociedad (“Adiós”).
- El cumplido: sirve para crear o mantener un ambiente de amabilidad. Es un poderoso instrumento persuasivo. Tiene dos patrones básicos: “Me gusta X” y “X tiene buen aspecto”. Una estructura sintáctica típica es la oración exclamativa marcada por una forma del presente de subjuntivo: “¡Bendita sea la madre que te parió!”. Salvo en contados casos, como el piropo, el cumplido supone la participación activa del interlocutor en el estado de cosas descrito, en tanto que la felicitación se refiere a estados de cosas en cuya realización el interlocutor ha participado activa o pasivamente. Por otra parte, se señala que es más fácil dirigirle un cumplido a una persona que responder adecuadamente al mismo.
- El agradecimiento: su realización queda determinada por un acto previamente efectuado por el interlocutor. Las fórmulas de agradecimiento compensan simbólicamente el coste invertido por el oyente en beneficio del hablante. Las circunstancias en las que se expresa gratitud pueden variar de una cultura a otra.
- La disculpa: el objetivo ilocutivo es dar a conocer al interlocutor que se ha violado cierta norma social y que el hablante se cree, al menos parcialmente, responsable de haber ocasionado dicha violación. En el plano perlocutivo, la reacción del oyente que el hablante intenta provocar es el perdón, lo cual queda reflejado en fórmulas como “perdóname” y “discúlpeme”. La disculpa puede ser autónoma, es decir, ofrecida por el hablante sin pedirla el interlocutor, o no autónoma. Se indica por otra parte que “lo siento” es una reacción convencional a actos asertivos y exhortativos, en general, y a peticiones e interrogaciones, en particular. “Lo siento” sirve de estrategia de cortesía para prevenir que el oyente se vea enfrentado con una reacción negativa explícita. Por otro lado, “temer(se)” se emplea con frecuencia con el mismo objeto atenuador que “sentir”: puede ser utilizado para introducir información de la que el hablante presupone que es desagradable para el oyente.
En cuanto a los ACTOS COMISIVOS, son aquellos cuyo objeto ilocutivo es la expresión de la intención del hablante de realizar en beneficio del oyente la acción descrita por el contenido proposicional. Ejemplos típicos son la promesa y la invitación. Las condiciones previas son de tres tipos: habilidad, aceptabilidad y razonabilidad; asimismo, se distinguen otras condiciones previas, como la condición esencial, la condición de sinceridad y la condición del contenido proposicional. Son actos prototípicos para comunicar cortesía positiva.

Resumen de lectura "Conferencia de Austin"




Austin, J. L. (1962), Palabras y acciones, Buenos Aires, Paidós, 1971.

El autor comienza este interesante escrito aludiendo al error mantenido durante mucho tiempo por los lingüistas consistente en considerar todos los enunciados en términos de verdadero y falso. Reclama así la necesidad de diferenciar un tipo concreto de enunciados, a los que denomina “realizativos”. Estos se caracterizan por tener verbos en la primera persona del singular del presente del indicativo en voz activa; porque no “decriben” o “registran nada”, y no son verdaderos o falsos; porque el acto de expresar la oración es realizar una acción, o parte de ella. Ejemplos de este tipo de enunciados realizativos son “sí, juro”; “lego el reloj a mi hermano”, etc. Expresar la oración no es describir ni hacer aquello que se diría que hago al expresarme así, o enunciar que lo estoy haciendo: es hacerlo. Suelen ser expresiones contractuales (como “te apuesto”) o declaratorias (“declaro abierta la sesión”).
El autor se pregunta si entonces es posible afirmar “bautizar es decir unas pocas palabras”, a lo que responde que expresar las palabras es, por lo común, un episodio principal en la realización del acto (de bautizar o de lo que sea), pero dista de ser la única cosa necesaria para considerar que el acto se ha llevado a cabo. Es decir, siempre es necesario que se den las circunstancias en que las palabras que se expresan sean apropiadas.
Asimismo, se plantea si con la realización del juramento el individuo agente está de verdad jurando (recuerda la expresión clásica de Hipólito “mi lengua lo juró, pero no lo juró mi corazón”) y concluye que siempre “la palabra empeñada nos obliga”.

Resumen de lectura "Actos de habla desde una perspecitva intercultural"

Este artículo resulta algo largo y no demasiado sencillo de leer, pero estas dificultades se ven compensadas por lo interesante de su contenido, que llama la atención sobre un aspecto clave para comprender los actos de habla: la variación intercultural de los mismos.
Comienza con una introducción en la que se recuerda que la teoría de los actos de habla fue formulada por Austin en el marco de la filosofía del lenguaje y que ponía de relieve que el lenguaje es algo más que un instrumento de representación del mundo, pues es al mismo tiempo un instrumento de acción; asimismo menciona la conocida clasificación de los actos de habla en representativos, directivos, comisivos, expresivos y declarativos. Critica la falta de orientación empírica de la teoría de los actos de habla, que lleva a la concepción de los tipos de actos de habla como compartimentos estancos, escamoteando así la variabilidad con que se manifiesta un acto de habla concreto. Precisamente en la variabilidad interlingüística e intercultural de los actos de habla se va a centrar este artículo.
Así, por ejemplo, el tipo del acto de habla conocido como agradecimiento depende de la clase de estructura sociocultural en el que estos modelos de acción lingüística se insertan. Los actos de habla también varían en su carácter implícito o explícito: por carácter explícito se entiende la realización del acto de habla por medio de un procedimiento léxico que significa el acto mismo, como por ej.: “Te pregunto si vienes”, cuyo acto de habla implícito sería “¿Vienes?”. El que un acto de habla sea explícito o implícito depende de si la situación en que se emplea requiere ciertas fórmulas (como un juramento, etc.) o no. Así, actos de habla de marcado carácter ritual son en muchos casos simples manifestaciones de aspectos particulares de la organización político-administrativa, socioeconómica o cultural. Se llega así, por este camino, a la antropología cultural.
Otro aspecto en el que se detiene el artículo es la variabilidad de los dominios de intersección. Así, por ejemplo el acto de habla del agradecimiento varía según la anterioridad o la posterioridad de la acción que lo motiva, si responde a una acción material o verbal del benefactor, etc. Los actos de habla son, por tanto, heterogéneos. Además, en determinadas situaciones se intersectan: por ej., cuando abordamos a un transeúnte en la calle para preguntarle sobre una dirección, normalmente utilizamos una disculpa como si fuera un saludo: “Perdón, me podría decir usted cómo llego a Correos”. Otra forma de intersección de tipos de acto de habla son los usos indirectos de los mismos: el efecto comunicativo es de uno de los tipos y la forma de otro; es lo que ocurre en las peticiones con forma de pregunta como “¿Puedes abrir la puerta?”.
Por último, basándose en un estudio de Wierzbicka, el autor de este artículo analiza los actos de habla como expresión de valores culturales. Así pues, se entiende que las diferencias en la manera de formular agradecimientos o invitaciones, peticiones, etc., tienen estrecha relación con diferencias en la percepción de determinados valores culturales; por ej., las diferentes culturas determinan el tipo y frecuencia de actos de habla expresivos y la frecuencia también con que se recurre a formulaciones indirectas de los mismos.
Concluye el artículo con la idea de que las mismas variaciones que se han estudiado a nivel interlingüístico son válidas a nivel intralingüístico, por ej., para la caracterización diferencial de los sociolectos.