miércoles, 10 de junio de 2009

Resumen de lectura (Garrido Medina)


Garrido Medina, J. (1988): “Lógica de la conversación” en Lógica y lingüística, Madrid, Síntesis, pp. 152-164.

Los hablantes comunican información de manera indirecta, haciendo que se deduzca de lo que dicen expresamente. Lo que se dice es un modo indirecto de comunicar ideas, construidas como implicaturas, ya que lo dicho va acompañado de suposiciones necesarias para entender su finalidad. En el lenguaje hay, además del componente definible mediante lógica veritativo-condicional, un componente inferencial, mediante el cual el oyente calcula la intención comunicativa del hablante empleando los datos veritativo-condicionales de las expresiones y partiendo de la base de que el hablante quiere actuar cooperando con el oyente y contado con él.
La conversación sigue el principio de cooperación de Grice. La cooperación comprende cuatro categorías (máxima de cantidad, de cualidad, de relación y de modo).
MÁXIMA DE CANTIDAD
Da la cantidad correcta de información:
i) Haz que tu contribución sea lo informativa que se requiere (para los propósitos de ese momento del intercambio).
ii) No hagas que tu contribución sea más informativa de lo requerido.
MÁXIMA DE CUALIDAD
Intenta hacer que tu contribución sea verdadera:
i) No digas lo que creas que es falso.
ii) No digas nada de lo que no tengas pruebas adecuadas.
MÁXIMA DE REALCIÓN
Haz que tu contribución sea relevante
MÁXIMA DE MODO
Sé claro:
i) Evita la oscuridad.
ii) Evita la ambigüedad.
iii) Sé breve (evita ser prolijo).
iv) Sé ordenado.
Para mantener el principio de cooperación, se hacen suposiciones, inferencias, y estas inferencias es lo que Grice llama IMPLICATURAS CONVERSACIONALES.
Se distinguen las implicaturas convencionales de las no convencionales; y, de entro de estas, las generalizadas y las particularizadas (que sólo se obtienen en determinados contextos).
Son varias las propiedades que presentan las implicaturas conversacionales: surgen a partir de enunciados, no de oraciones (son enunciativas); la verdad de lo que se dice no requiere que la implicatura conversacional sea verdadera (son derrotables); no están comprendidas en el significado (son inferenciales); son calculables a partir del significado de la expresión, los datos del contexto y de la suposición de que se mantiene el principio de cooperación: como hay posibles explicaciones, son indeterminadas: así, las obras literarias están abiertas a interpretaciones diferentes; son inseparables del significado.
Frente a la implicatura está la SUPOSICIÓN, que está unida a la forma, y no al significado: es separable del significado.
Hay un procedimiento para abordar las implicaturas generalizadas en que interviene la máxima de cantidad, mediante los conceptos de implicaturas de escala y de cláusula. Así, “Conseguir llegar” y “llegar” forman una escala, en que la primera expresión implica semánticamente la segunda, pero no a la inversa. En cuanto a las implicaturas de escala, se da la siguiente regla: la aserción de una proposición de la escala origina como implicaturas conversacionales las negaciones de todas las proposiciones que las preceden en la escala. Se producen así implicaturas potenciales. Ejemplos de escalas son , .
Otra relación epistémica afecta a las cláusulas que forman parte de una oración compleja (la diferencia entre “Creo que Juan se ha ido” y “Sé que Juan se ha ido”). La aserción de la oración que expresa menor compromiso epistémico del hablante da lugar a la implicatura de que el hablante no sabe si la proposición expresada en la cláusula es verdadera o falsa.
El capítulo también analiza algunas aplicaciones al análisis lógico, como la relación entre los dos miembros de una estructura disyuntiva.

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