lunes, 11 de mayo de 2009

Disculparse no es nada fácil



La disculpa, como el saludo o el cumplido, es un acto de habla expresivo. Pero disculparse, a veces, no es nada fácil (a todos nos ha pasado). El ejemplo siguiente pertenece al relato de Milan Kundera "Nadie se va a reír", incluido en la colección Los amores ridículos: un crítico de arte se niega a redactar un artículo solicitado por un hombre llamado Zaturecky e intenta disculparse por ello. Pero la situación es tan complicada que finalmente el protagonista reconoce:

"¡Con qué ligereza y con qué defectuosos materiales edifica el hombre sus excusas! No sabía que responderle al señor Zaturecky."

Ciertamente, el tal Zaturecky no acepta la disculpa y, durante el resto del relato, insistirá en que se redacte el artículo que desea de forma "un tanto" agobiante...

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