martes, 19 de mayo de 2009

Los tiempos verbales en el romancero tradicional

Y más literatura. Siempre me ha llamado la atención el juego con los tiempos verbales que se da en el romancero tradicional, el paso arbitrario del presente al pretérito y al futuro. Se supone que el tiempo verbal es una marca deíctica, porque sitúa lo relatado en el discurso respecto del momento que tiene lugar en el acto comunicativo. Así, por ejemplo, todas las formas verbales del siguiente romance deberían aparecer en pasado, pues se supone que el narrador cuenta algo ya ocurrido; también podría utilizar el presente (lo hace César, por ejemplo, en La guerra de las Galias; es el llamado "presente histórico"). Lo que resulta extraño es que se pase del pretérito al presente, incluso en la misma construcción sintáctica: "vio venir una galera / que a tierra quiere llegar"; "diciendo viene un cantar/ que la mar ponía en calma / los vientos hace amainar"; o del pretérito al futuro: "allí habló el infante Arnaldos / bien oiréis lo que dirá". Con esta alternancia, el emisor resulta "desubicado" respecto de lo que cuenta; con otras palabras ¿resulta entonces que lo relatado no es algo ya sabido, si no que está sucediendo en el mismo momento en que habla el emisor, o que va a suceder en un futuro inmediato?. Se ha estudiado el efecto estilístico de estos saltos temporales; sea cual sea su valor, lo cierto es que constituye una nota muy peculiar (y, en mi opinión, afortunada) de nuestro romancero medieval.


Romance del conde Arnaldos

Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de san Juan

yendo a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar

las velas trae de seda
jarcias de oro torzal
áncoras tiene de plata
tablas de fino coral

marinero que la guía
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma
los vientos hace amainar

las aves que van volando
al mástil vienen posar
los peces que andan al fondo
arriba los hace andar.

Allí habló el infante Arnaldos
bien oiréis lo que dirá
"Por tu vida el marinero
dígasme ahora ese cantar"

Respondiole el marinero
tal respuesta le fue a dar
"Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va"


Y aquí va la versión del romance de Amancio Prada:


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